EL ARADO

Carla Bettino / Enero 2023

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  Ya para los inicios de la década del 40 aquella etapa inicial de su producción había concluido para dar inicio a otra en la que su preocupación por el dominio de la técnica y el oficio se manifiesta claramente. [1] En este sentido, Rebuffo en 1941 afirma:

“Transpuesto el período primigenio de la representación simple de escenas de ambiente proletario y del arrabal porteño, caracterizado por una temática de motivos humildes, de luchas y aspiraciones sociales, (…) inicio una nueva etapa cuyo resultado acusa un progreso en los medios de expresión. Un mayor dominio y mayores recursos de técnica empleados dentro de un justo límite. (…)El tema nos ofrece un pretexto para ensayar nuestros conocimientos plásticos, perfeccionando y depurándolos, a medida que aumentan las conquistas técnicas, pero al mismo tiempo es una finalidad que deriva de nuestro concepto-de nuestra sensibilidad-frente a la realidad del ambiente en que nos desenvolvemos y que nos conduce a la formación de la atmósfera propicia en que se desarrollará la composición plástica”. [2]

  En El Arado la trama de líneas es precisa dando cuenta de ese mayor dominio al que el mismo artista hacía referencia. La obra es del mismo año que Diagramas, parte de esta donación, que en cuanto a su iconografía se contrastan claramente ya que muestra la modernización del paisaje del suburbio a través de su cableado eléctrico. En contraposición, la obra que nos ocupa presenta una escena tradicional de trabajo campestre, una pareja realiza tareas de remoción de tierra con la ayuda de animales.

  Las maderas y cadenas del arado, la casa y las montañas de fondo marcan el contexto de trabajo de la pareja que una vez más se acompaña en su drama diario. Sus miradas dirigidas hacia la tierra y la gestualidad que éstas indican se destacan dentro del discurso narrativo. Ese pesar y abatimiento también lo demuestran los ojos del animal que media entre ambos personajes. Se trata de una obra dinámica dada la direccionalidad de izquierda a derecha que marca el grupo y por la presencia de diagonales, la más pregnante quizás es la que alude al esfuerzo físico que marca el paso del varón con su cuerpo inclinado hacia adelante mostrando su firmeza en el andar.

  Nuevamente en las manos y en la gestualidad se condensa la idea de trabajador sufrido que se profundiza en la representación de los demás elementos que completan la composición.

  Rebuffo homenajea e indaga con fuerza el trabajo agropecuario a partir de recursos plásticos y de las propias posibilidades que ofrece la xilografía, ningún elemento es utilizado al azar, todos son seleccionados según su potencialidad y capacidad expresiva.

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[1] Gené Marcela “Un moderno reformador del grabado.  La obra gráfica de Víctor Rebuffo” en: Victor Rebuffo y el grabado moderno. Buenos Aires: Fundación Nuevo Mundo, 2008. P. 21

[2] Idem p.21