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BELGRANO

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Objeto: Escultura

Autor: Leone, Juan Bautista

(Argentina, Buenos Aires, 1904 -1976)

TÍTULO: Gral. belgrano

Origen: Donación Diana Leone y Juan Bautista Leone (hijo), 2018

Fecha: ca. 1939

Período: Arte Siglo XX (1920-1970)

Escuela:  Argentina S.XX

Técnica:  yeso

Género:  retrato

Medidas:  60 x 40 x 40 cm

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BELGRANO

Adriana B. Ortolani, 2021 / Colaboración: Mariana Paredes

  En 1794, Manuel Belgrano regresó de Europa y fue investido con el cargo de Secretario del Consulado de Comercio. Había estudiado Abogacía en España y allí frecuentó centros de cultura que influyeron en su anhelo de crear una Academia de Dibujo en el Río de la Plata. Decía: “El dibujo es sin duda el alma de las artes”[1]. Había por entonces, varios artistas residentes en Buenos Aires, procedentes del viejo continente. Entre ellos se encontraba el español Juan Antonio Gaspar Hernández, Profesor de Escultura, Arquitectura y Adornista. Este generoso artista que se encontraba trabajando en este territorio desde hacía más de una década, presentó un escrito a las autoridades del Consulado con el afán de difundir entre los jóvenes sus conocimientos artísticos gratuitamente. Sólo pedía la ayuda para el alquiler del espacio y el mobiliario necesario para impartir la enseñanza.

  El Consulado de Comercio recibió con beneplácito el ofrecimiento de Hernández. Se fijó el presupuesto y Belgrano redactó el reglamento. Aprobada por el Virreinato, el 29 de mayo de 1799 se inauguró la Academia de Dibujo, primera escuela consagrada a la enseñanza del diseño establecida en nuestra capital, bajo el patrocinio del mencionado Consulado de Comercio. Fue el mismo Manuel Belgrano quien pronunció el discurso de apertura. Lamentablemente esta academia, que supo contar con cantidad de fervoroso alumnado, duró muy poco. Fue clausurada por voluntad de la Corona de España en 1804, argumentando otras prioridades, a pesar de las reiteradas gestiones de Belgrano por evitarlo. 

  Transcurridos varios años, se crearon otras academias e instituciones de enseñanza de las artes que se fueron consolidando a largo plazo. El nombre de Manuel Belgrano tuvo su merecido homenaje vinculado a las Artes cuando se bautizó, en 1937, a la Escuela Nacional de Bellas Artes Plásticas Preparatoria Primer Ciclo, que había sido creada en 1933.

 

El artista Juan Bautista Leone ejerció la docencia en aquella institución como Profesor de Estética, hacia 1939 y fue entonces cuando comenzó a modelar el retrato del prócer para esa casa de estudios. Dijo Leone: “He hecho el busto de Belgrano teniendo presente al fundador de la Escuela Nacional de Bellas Artes; justo es recordarlo también por eso”[2]. 

La Prensa anunció la inauguración del busto del patrono de la Escuela, el día 7 de julio de 1939[3]. En el acto solemne, el director de la Escuela, Don Miguel Solá, pronunció un provechoso discurso que recorrió los orígenes de la enseñanza artística en nuestro país y sus dos elogiosos artífices: Belgrano y Hernández. Luego, en referencia a la obra de Leone dijo:

“Para los griegos, la estatura de los dioses era superior a la de los hombres. De la propia manera, para el autor de esta imagen de Belgrano, la talla de los próceres debe ser mayor que la de su posteridad. He aquí la razón de las proporciones de este busto, cuyas líneas, y cuyo carácter son tan expresivos, que podemos ver toda la figura de Belgrano, levantando en alto, para siempre jamás, la enseña nacional; la bandera celeste y blanca que hoy flamea tranquila y venerada, extendiendo la soberanía de sus colores hasta las fronteras de la patria, pero no hasta los cielos donde llevó la libertad; la bandera celeste y blanca, que debe estar, como está en el nuestro, en el corazón del extranjero, porque entre sus pliegues generosos se han cobijado todos los éxodos del mundo.

En cuanto al espíritu que anima esta escultura, bien lo veis, es aquel espíritu superior, magnánimo en el triunfo, sereno en la adversidad, en que cumple su doctrina filosófica que identifica el bien, la verdad y la belleza. Ese espíritu se halla patente en la sencilla majestad de su rostro, con no sé qué melancólica grandeza; en sus tranquilos y luminosos ojos sin pupilas, que no nos miran porque él ya no está entre nosotros, sino más arriba, más allá de nosostros, en la inmortalidad.

“Pero su espíritu está aquí, alojado en su imagen, para presidir desde hoy los destinos de esta Escuela, que queda así bajo el patronato del abanderado de la patria.

Jóvenes alumnos: Honrad la presencia del General Belgrano” [4]

 

  Posiblemente Leone se haya basado en el más famoso retrato de Manuel Belgrano, atribuido al pintor francés Francois- Casimir Carbonnier (1787 -1873), quien lo habría pintado en 1815. Luce con elegancia camisa de cuello alto (hasta el mentón) con cravat y abrigo de solapas anchas. Su rostro es sereno aunque enérgico. La nariz fina y el cabello corto con algunos mechones que avanzan en las sienes, cayendo uno, enrulado, al costado de la frente.

 

 

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[1] Escuela Nacional de Bellas Artes Preparatoria “Manuel Belgrano” (1940). Homenaje al Licenciado D. Manuel Belgrano y al Escultor D. Juan Antonio Hernández, iniciadores de la Enseñanza del Dibujo en el pais, 1799-1940. Buenos Aires: Ministerio de Justicia e Instrucción Pública.

[2] S/D (6 de julio de 1939). "Busto del General Belgrano", Diario: La Prensa. Buenos Aires, Argentina.

[3] Ibídem.

[4] Op. Cit. Escuela Nacional de Bellas Artes Preparatoria “Manuel Belgrano” (1940).

 

Fuentes:

  • "El temperamento en el arte argentino" (20 de Junio de 1943). Diario La Nación. Buenos Aires, Argentina.

OBRAS QUE INTEGRAN LA DONACIÓN JUAN BAUTISTA LEONE DEL
MUSEO MUNICIPAL DE BELLAS ARTES "FERNÁN FÉLIX DE AMADOR
"
MUNICIPALIDAD DE LUJAN, PBA, ARGENTINA

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